Gonzalo Alarcón I. - Cultura y Deporte, Derecho y Economía
  • Photos
  • About
  • Producto
  • Photos

Reflexiones en torno a los Mandamientos del Abogado de Eduardo J. Couture / Segundo Mandamiento: PIENSA

10/19/2014

1 Comentario

 

I.               Segundo Mandamiento: Piensa.  

“El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.”

Algunas frases que indican la postura de esta reflexión: decía Aristóteles que “la teoría suprema es la práctica”; Edward Poll un abogado consultor de negocios para despachos de abogados decía igualmente que “It is not the knowing but the doing” y finalmente hay un refrán anónimo que nos recuerda “De nada sirve saber, si no te va a servir para servir a los demás”.

La profesión del abogado se ejerce pensando.  Ejercer es “practicar” los actos propios de un arte, oficio o profesión.  Por eso no se puede decir que es abogado pero “no ejerce”.  También ejercer es poner en práctica formas de comportamiento atribuidas a una determinada condición.  El idioma inglés es tal vez mucho más claro en este sentido, se dice que los abogados “practican” su profesión.

Pensamos para resolver problemas.  Son los clientes o los tribunales quienes nos plantearán los problemas que deberemos resolver.

La solución de los problemas jurídicos tiene dos aspectos: el teórico (el “estudio” que analizamos en el escrito anterior) y el práctico: piensa.


Como abogados estamos sujetos a dar resultados, a resolver problemas y a responder a nuestros clientes.

 La única forma en que el abogado pueda considerar aceptable su trabajo es resolviendo los problemas (suena a Perogrullo) pero nuevamente vemos que el tiempo del verbo es gerundio, solamente podemos resolver los problemas resolviéndolos.

 Para ello tenemos que conformar nuestro pensamiento a los estrictos cánones del pensamiento jurídico eficaz.
 
Nuestro razonamiento jurídico debe estar guiado por un propósito claro, ya lo dijimos, la solución de problemas.  Hay un lema latino que estipula: In omnibus respice finem (en todo, debes mirar siempre al fin).
 
¿Cómo se resuelven los problemas?  Pensar en Pensar

En primer lugar definiendo claramente cuál es el problema.  “How you see the problem, determines how you will solve it”.


Los problemas se presentan en conjunto y la forma más fácil de afrontarlos es haciéndolos pequeños. 


Discernir que es sinónimo de pensar quiere decir etimológicamente “cortar”, “separar”, “discriminar”, “distinguir” (y que curiosamente tiene la misma raíz que “juzgar” y que “crisis”).  Solamente separando lo esencial de lo accidental, los elementos importantes de los no importantes, etc. podemos acercarnos a una solución.  

Para ello es indispensable que hagamos uso de una virtud cardinal que ha sido llamada la madre de todas las virtudes cardinales, la PRUDENCIA, que señala en cada ocasión los medios más adecuados (buenos) y lícitos para cumplir nuestro fin.  La prudencia representa la recta ratio agibilium (el justo criterio de la conducta).

Segundo, con el uso de las leyes de la razón: aplicando la lógica.

Las principales formas de la lógica son la “inducción” y la “deducción”.  Estas son dos formas para “enmarcar” los problemas para darles solución.

El empleo de los silogismos, la definición, la clasificación y las demás “leyes” de la lógica es fundamental para evitar las falacias.  No es este el lugar para repasar los fundamentos de la lógica, pero sí es algo que debemos hacer constantemente.

Tercero, usando el instinto o hábito que nos brinda la experiencia.  El derecho no es lógica pura, es inteligencia, intuición, sensibilidad y acción; no se trata de “inventar el hilo negro” o “descubrir el agua caliente”.  Tenemos experiencias que deben ser capitalizadas a través de nuestros “tesoros”, del consejo de un abogado que haya pasado por una situación similar, etc. La intuición que ilumina nuestra experiencia, si está respaldada por una lógica sana, es una buena amiga.

Otros aspectos de la práctica profesional

El éxito de la práctica profesional está también en otros aspectos de la potencia intelectual del hombre: poder ser buenos consejeros.  Aconsejar bien a nuestros clientes.  A eso debemos aspirar a ser “consilieris” de nuestros clientes.

¿Cómo?

El arte de dar buen consejo no se enseña normalmente en la escuela.  Es algo que se va adquiriendo con la práctica.  Normalmente el bueno consejo tiene un alto contenido de negocios y no jurídico. Esto no quiere decir que debamos nosotros en convertirnos en consejeros de negocios, pero sí participar en su determinación. 

El consejo va encaminado otra vez a la toma de decisiones y resolución de problemas.

¿Cuáles serían las cualidades de un buen “consejero” jurídico?

Ser un buen estratega y además táctico. Un buen negociador, conciliador, un abogado creativo que tiene como meta el “cómo sí” y no el “cómo no”.  Debemos ser “hacedores” y no “destructores”.  Agregamos valor a las transacciones.

Saber usar correctamente la información con la que disponemos.  No necesariamente siempre vamos a tener todos los elementos, tenemos que saber trabajar con lo que dispongamos con mucha prudencia y diligencia.  Nunca “disparar desde la cintura”. Hay que analizar la información y revisarla, nunca presuponer ni asumir.  Decía J.P. Morgan en relación con el manejo de la información que “si tienes que preguntarle al vendedor el precio del yate, no tienes ningún futuro en el negocio de los yates”.

Escribiendo con corrección.  Con las 3 “Es” del éxito de un escrito:

Estrategia: ¿qué quiero ganar, a quién va dirigido, qué busco?  Decía el abogado Sperl: “La demanda es el proyecto de sentencia que quisiera el actor” o lo que es lo mismo “en el pedir está el otorgar”.

Estructura: usando correctamente los silogismos y las “leyes” de la lógica, identificando los puntos clave y dándoles su correspondiente jerarquía.  Ordenando nuestras palabras y letras como soldados preparados para la batalla.  Nuestro lenguaje es nuestro ejército.  De cómo preparemos al ejército depende de cómo nos irá en la batalla. 

Estilo: con elegancia, usando oraciones cortas, párrafos bien estructurados.  Concreto, sencillo y sincero. Los escritos se redactan de manera que se diga todo lo que se desea comunicar: con claridad, para que no se pueda entender otra cosa; con brevedad, sin circunloquios; con orden, numerando, si es preciso, las distintas materias; con caridad, para que ‑si se refiere directa o indirectamente a alguna o algunas personas‑ los pudieran leer los interesados con alegría y agradecimiento; con objetividad, sin dejarse llevar por prejuicios.

Conclusión

Recordemos que como abogados no operamos en el vacío. Nadie esta subsidiando nuestro compromiso con la justicia y la verdad.  Nos contratan para representar los intereses de nuestros clientes, pero siempre, siempre, siempre, sobre el presupuesto de nuestros principios y comportamiento ético.  No somos “asesinos a sueldo”.  Hagamos uso de nuestro “buen jucio”.
***
1 Comentario
Jeremy White link
11/13/2022 07:26:36 am

Great drive develop hard take almost. Model decide say get defense white. Appear matter because.
Charge free have yes nation interview. Full main high upon.

Responder



Deja una respuesta.

    850_0644.jpg
    File Size: 13510 kb
    File Type: jpg
    Download File

    850_0634.jpg
    File Size: 6516 kb
    File Type: jpg
    Download File

    850_0721.jpg
    File Size: 9680 kb
    File Type: jpg
    Download File

    850_0721.jpg
    File Size: 9680 kb
    File Type: jpg
    Download File

    Picture
    View my profile on LinkedIn

    Author

    Católico, padre de familia (cuatro hijos y un nieto), abogado, profesor de derecho mercantil, títulos de crédito y obligaciones, amante de correr y de una discusión filosófica con buen vino.

    Archives

    June 2017
    April 2015
    October 2014
    September 2014

    Categories

    All
    Abogacía
    Dignidad
    Dignity
    Ética Profesional
    Lawyering
    Professional Ethics

    RSS Feed

    Archives

    June 2017
    April 2015
    October 2014
    September 2014

    RSS Feed

Proudly powered by Weebly